jueves, 23 de mayo de 2013

Tres consejos para invertir en renta variable con seriedad

Frecuentemente, en nuestro afán por escoger la acción que va a subir, nos olvidamos de que estamos tratando con empresas y personas reales, tal como ocurriría si estuviéramos invirtiendo en un negocio no listado en la Bolsa.

A continuación, le presento tres tips que resultarán de utilidad para mantenernos anclados a la parte real de las inversiones y que contribuyen a disminuir el riesgo de esta actividad.

1. Elija bien a sus socios. La razón de lo anterior es obvia: el trato que recibiremos dependerá del tipo de socios que escojamos.

No hay que perder de vista que, incluso en una empresa, hay margen para que los socios minoritarios corran, potencialmente, con una suerte distinta a la de los controladores.

Aquí es necesario examinar dos elementos: 1) el accionista mayoritario y 2) la administración o management. Con relación al accionista mayoritario, cabe hacer las siguientes preguntas: ¿qué reputación tiene? ¿Cuál es su política de pago de dividendos? ¿Qué otros negocios tiene? Si el dueño es una tenedora (holding), ¿qué porcentaje de sus haberes constituye la empresa en que estamos invirtiendo? ¿Cuál es la situación de esta? Etcétera.

El punto es darnos una idea del grado de compromiso del accionista mayoritario y actitud hacia el minoritario.

Por lo que se refiere a la administración, es importante conocer su historial (track-record), su experiencia en el negocio, la forma de su designación (si están emparentados con el grupo de control o no), la forma de su compensación (si reciben acciones de la empresa, por ejemplo), así como las capacidades de la administración y qué tan alineados están sus objetivos con los accionistas.

2. Conozca la situación financiera de la empresa. Este punto es vital, toda vez que los accionistas son los últimos en la fila de acreedores al valor remanente de la empresa. El análisis mediante razones financieras es una primera aproximación, pero no suficiente.

Considere, por ejemplo, que el valor de los activos de una empresa puede variar drásticamente (y de un trimestre a otro) dependiendo de cambios tecnológicos, regulatorios o de competencia. Deberá prestarse particular atención a los activos de empresas altamente especializadas. No es lo mismo el valor de un centro comercial que el de una planta de cemento.

Por último, esté atento a las obligaciones contingentes, especialmente a aquellas no reflejadas en el balance.

3. Trate de tener lo más claro posible el proyecto de la empresa así como los riesgos asociados. A últimas, el valor de un activo está determinado por los flujos futuros que potencialmente pueda generar.

Esto significa que, aunque el pasado puede ser útil para conocer el carácter de socios mayoritarios y directivos, no necesariamente lo es para valorar las perspectivas del negocio que habrán de dimensionarse viendo “hacia delante”, tomando en cuenta la situación actual y proyectada del entorno de negocios para la compañía.

Mantener la atención en el presente y el futuro más o menos predecible evitará el error de comprar una acción simplemente porque ha bajado mucho o porque apenas hace un par de trimestres estaba 50% arriba.

Espero que estos tips le sean de utilidad y, por qué no, contribuyan también a hacer la experiencia de invertir en acciones más interesante y divertida.

*El autor es Vicepresident Renta Variable Nacional, Asset Management BBVA Bancomer.

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