jueves, 18 de abril de 2013

Sensor para ayudar a proteger a los fumadores pasivos

Los niños son especialmente vulnerables al humo del tabaco. Sus efectos en los más jóvenes pueden incluir un aumento del riesgo de padecer pulmonía, bronquitis, asma e incluso el síndrome de muerte súbita del lactante, conocido también como síndrome infantil de muerte súbita. Aunque muchos padres intentan no fumar cerca de sus hijos y para conseguirlo van a un cuarto diferente o salen a fumar al balcón o a otro espacio abierto anexo a la vivienda, puede que aún así no se aparten lo suficiente de sus hijos.

Ahora, por vez primera, hay un sensor, de momento sólo en fase de prototipo, que permitirá al padre fumador o a la madre fumadora ver si sus precauciones dan o no buen resultado. El dispositivo puede detectar inmediatamente la presencia del humo de segunda mano (el que inhalan los fumadores pasivos y que viene del extremo ardiente de un cigarro o de las bocanadas de humo exhaladas por el fumador) e incluso la del humo de tercera mano (el residuo del humo de tabaco que persiste, pegado a superficies, incluyendo ropa, mucho tiempo después de que un cigarrillo ha sido apagado).

Este sensor, creado por el equipo del químico Joseph BelBruno, del Dartmouth College en Hanover, New Hampshire, Estados Unidos, es más pequeño y más ligero que un teléfono móvil (teléfono celular), siendo de hecho similar en tamaño a una cajetilla de fósforos.

El dispositivo cuenta con un sensor que se vale de películas de polímero para captar y medir la nicotina en el aire.

El dispositivo graba los datos en una tarjeta de memoria SD, pero no se descarta fabricar un modelo que posea una pantallita LED para proporcionar lecturas instantáneas.
El intento del proyecto no es hacer que la gente abandone el hábito de fumar, sino que pueda evitar mejor exponer a sus hijos al humo de los cigarrillos que fuma en casa. Aunque, por supuesto, si ese padre o madre fumadores están angustiados sobre el efecto del humo de tabaco en sus niños, la demostración medible de esas exposiciones puede ser un incentivo para que dejen de fumar, tal como razona BelBruno.

Además de sus usos para salvaguardar la salud de los niños, hay otras aplicaciones obvias para este nuevo detector de humo de tabaco. Instalado en automóviles de alquiler, en habitaciones de hotel y en restaurantes, este dispositivo podría vigilar el cumplimiento de las leyes que en algunos países prohíben fumar en determinados espacios públicos, e incluso ya se tiene en mente una versión dotada de sistema de alarma.

En el trabajo de investigación y desarrollo también han participado Yuan Liu, Sadik Antwi-Boampong, Mardi Crane-Godreau y Susanne Tanski.

Por: Noticias de la ciencia

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